“Vosotros sois la luz del mundo, (…) se enciende una luz para ponerla sobre el candelero e ilumine toda la casa” Mt. 03, 14-16.

Los jóvenes somos esa luz que necesita la Iglesia, y estamos viviendo un momento histórico puesto que nos están pidiendo que ocupemos el candelero e iluminemos todos los rincones de nuestra Iglesia universal. La fe es creer que el amor de Dios actúa en nuestras vidas, ser joven y creyente no es sencillo en medio de una sociedad que valora mucho más el escepticismo que el testimonio vivencial creyente. Aún así, somos evangelizadores en medio de nuestra generación, quizá mucho más cercano a esas primeras comunidades de Jesús, damos testimonio de fe con experiencias personales, hacemos despertar en los iguales una pregunta, ¿por qué son tan felices? ¿Por qué sus vidas tienen sentido? Los jóvenes de hoy vivimos unidos porque todo lo que nos une, es uno.