“Porqué unos tanto y otros tan poco” es algo que con frecuencia me preguntaba, sin embargo me di cuenta de que lo importante no era cuanto tenía, sino de cuanto tengo, lo que doy. Ese fue mi descubrimiento: que la vida tiene un sentido, que tengo una misión.

Pero ¿cuál es mi misión? En ocasiones me ha atormentado la pregunta, pero pronto entendí que lo importante, por lo pronto, es una cosa sola: que estoy llamado a ser santo, como mi Padre celestial es santo. Y que no hay nada más grande que ser discípulo y apóstol de Cristo.

Actualmente, soy un miembro activo de Juventud Idente, vocal de la fundación y responsable del Parlamento Universal de la Juventud en España. Aquí tratamos con niños y jóvenes de todo tipo y condición. ¿Qué me mueve a ello? La alegría de una gran noticia: que el Padre tiene grandes cosas preparadas para ellos.