Normalmente, celebramos la Pascua en comunidad y podemos compartir de una manera cercana con los demás lo que este tiempo de recogimiento supone para los cristianos. Sin embargo, en esta ocasión ha sido diferente, la situación que vivimos actualmente nos ha obligado a cambiar nuestro modo de vivir este momento. Aun así, no ha sido impedimento para que nos suponga un cambio en la manera de afrontar nuestra fe. 

Desde un principio, personalmente me supuso un pequeño esfuerzo enfrentarme a este nuevo modelo virtual. Era mi primera Pascua, algo nuevo y totalmente diferente, me hacía sentir un poco de respeto. He tenido momentos de reflexión en soledad y en grupo, algo que me ha ayudado a crecer como persona en todos los niveles. Me ha dado la oportunidad de empezar a valorar aspectos de mi fe que antes no valoraba y a reflexionar sobre lo que la Semana Santa supone para mí. Realmente creo que todo el material que se nos ha dado era intenso y ayudaba a la reflexión pero, si debo quedarme con uno, me quedaría con el Viernes Santo, tanto por la reflexión con mi grupo como por el trabajo personal. Ambos fueron absolutamente conmovedores para mí y me ayudaron a vivir un poquito más de cerca la pasión. 

No podría cerrar esta experiencia sin compartir también algo que hoy sigue en mí y es la ilusión de saber que Jesús está conmigo. 

Lucía Franch Alonso, 16 años