Los discípulos de Emaús en el momento en el que compartían el pan reconocen que “se les abrieron los ojos y lo reconocieron”. Dejándolo todo regresaron a Jerusalén donde dando testimonio de lo que les había pasado en el camino y de cómo lo habían reconocido al partir del pan.

Llega el momento para los testimonios. Los verdaderos maestros son los testigos. Escuchamos a algunas personas su propio testimonio sobre acompañamiento, en cada uno de los perfiles que hemos elegido. ¿Cómo me han acompañado? ¿Cómo acompaño?

Acompañante

Acompañando honrando al Espíritu, descubriendo el caminar al lado sabiendo que el terreno que se pisa es sagrado. el joven necesita encontrarse con creyentes maduros en la fe que testimonien los valores del Evangelio desde la «presencia, participación y solidaridad» (EN 21)

Acompañado

Desde el acompañamiento viviendo la experiencia del discípulo de Cristo, la que propuso a sus seguidores más cercanos, en una estrecha relación con Él, desde el evangelio y sabiéndose llamada, en seguimiento y enviada.

Acompañante

Sin perder de vista el itinerario de la persona, y el sereno crecimiento humano y espiritual que se encamina a la experiencia de Dios y haciendo que la persona sienta suyo el proyecto del Reino.

Acompañado

Sabiendo que la vida espiritual es el dialogo entre Dios y el hombre a lo largo de su existencia el acompañamiento ayuda a preguntarse y descubrir el sentido de la vida, a asimilar las exigencias del ser cristianos  y a animar en el compromiso por la construcción del Reino.

Acompañante

Desde un acompañamiento en el que se descubre el regalo del silencio, sin llenar cada momento difícil con palabras, escuchando con el corazón estando presente ante el dolor del otro sin robarle su dolor.

Acompañado

Caminar a su lado haciendo del acompañar una presencia real del Misterio, conociendo los ritmos prudentemente,  comprendiendo, y desde el arte de esperar de Dios, en la capacidad del corazón que hace posible la proximidad sin la cual no existe un verdadero encuentro.

Acompañante

Acompañantes que cuidan el discernimiento de lo que pasa en el joven cuando se pone delante de Dios, sabiendo leer los movimientos que esta relación provoca ya que se inician procesos de transformación personal

Acompañado

El acompañamiento personal coloca en la vida del acompañado un camino pedagógico, bajo el impulso del Espíritu en el que se va alcanzando madurez humana, personalización de la fe y compromiso en la opción vocacional.

Acompañante 

En el acompañamiento dando privilegio a la vida ordinaria, introduciendo en los misterios de Cristo, sopesando los procesos de la maduración humana y  armonizando en ese proceso la fe.

Descubriendo como la experiencia de Dios, sopesada y contrastada hace madurar y eleva a la persona a la dignidad más original de saberse y sentirse hija querida por Dios.

Acompañado

Acompañado en su búsqueda de Alguien dispuesto a colmar su sed de vida, implicado en la pastoral y llamado a ser signo y anuncio del amor De Dios y la buena noticia de Jesús.