Este año, el Señor nos pedía vivir una Semana Santa diferente; ¡y así ha sido! Cuándo me enteré que la Cuarentena iba a durar hasta bastante después de Semana Santa, sentí una profunda pena. Personalmente, me encanta vivir el Triduo yendo a los Oficios y participando en ellos. Pero ésta vez no ha sido así. Pero el Señor siempre nos sorprende, y puso ante nosotros la posibilidad de vivir una Pascua 2.0. ¿Cómo es esto? Las nuevas Tecnologías nos han ayudado a vivirla en comunidad. Las reflexiones han ayudado mucho, pero sin duda el culmen ha sido compartir la Pascua con otros jóvenes.

Este año he podido ser más consciente de lo que, verdaderamente, representa el Triduo; y lo he vivido más de cerca, con mayor profundidad. Verdaderamente puedo decir: ¡HA RESUCITADO!. No solo en el sepulcro, sino también en mí.
#unidosenlaoracion

Jorge

 

 

 

Esta semana santa en casa ha llegado a mi vida como un reto y como un hermoso regalo. Verdaderamente ha sido una experiencia enriquecedora para mí alma. Esta propuesta llegó planteándome la situación de vivir una semana santa única con personas desconocidas. Quizás fue valiente decir que sí o quizás una locura. Sin embargo, ahora veo que todo formaba parte del plan de Dios. Ese plan desconocido pero que siempre nos sorprende con cosas maravillosas.

Está experiencia me ha ayudado a desconectar un poco del mundo y de esta crisis, para encontrarme con Dios cara a cara, conmigo misma y lo mejor de todo: para compartir esos sentimientos de Fe y también preocupaciones con personas maravillosas. Además he podido leer la Palabra de Dios con el corazón, sentirla, compartirla y vivirla.

Sinceramente, creo que esta semana santa hemos acompañado al Señor en su pasión de una forma muy especial. Sin grandes celebraciones ni procesiones, pero desde la sencillez de lo más profundo de nuestro corazón. Además, en cada una de las personas con las que compartí esta semana, encontré un pedacito de Dios. Como piezas de un puzle que han encajado en mi vida, en medio de este confinamiento, dándole sentido y esperanza.

Estoy muy agradecida de haber compartido estos maravillosos momentos, porque ahora, volviendo a la rutina, veo el mundo con otros ojos. Quizás con una mirada endulzada por la Fe y el amor de Dios.

Gracias a todos los que lo han hecho posible, ha sido genial.

Desirée.