Como a todos, y a pesar de que las noticias desde el mes de enero avisaban de un nuevo virus, el COVID-19 nos pilló a pie cambiado. Las propuestas de Pascuas Juveniles se debían reconvertir de tal manera que los jóvenes pudieran vivir la Semana Santa desde casa. Rápidamente el Secretariado acordamos, junto con la Delegación de Medios, la columna vertebral: 

  • Motivación-Catequesis diaria en vídeo desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección: miembros del Secretariado, congregaciones religiosas, parroquias y movimientos juveniles tomaron el toro por los cuernos. 
  • Material para retiro en los días más importantes: Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo. 
  • Videoconferencia en grupos de 8-9 personas a las 13h para compartir lo orado por la mañana. 
  • Celebración litúrgica del día por Youtube, Facebook o PopularTV presidida por nuestro obispo D. Carlos Escribano. Fueron momentos cuidados en los que los jóvenes pudieron participar activamente. 
  • Dos momentos de oración nocturna:
    • Las “tres horas santas” (20,00-23,00) del jueves con música orante y testimonios en directo desde diferentes partes de España y del mundo. 
    • Las dos horas de adoración a la cruz (22,00 – 00,00) del viernes, también en directo. 
  • También se aprovecharon propuestas de la Conferencia Episcopal tan interesantes como la Celebración del Perdón del martes o el material de la JMJ; así como otros que llegaban como gracia: Musical 33 o el viacrucis de Hakuna. 
  • El “buenas noches”. Un correo enviado a medianoche por el Secretariado con el fin de enviar la propuesta del día siguiente 

 

 Tres claves 

Una de los momentos especiales de la Pascua ha sido, sin duda alguna, la reunión por grupos de reflexión divididos por edades (16-18 años; 18-22 años; 23-30 años; mayores de 30). No era obligatorio unirse a los grupos para seguir la Pascua, pero de las 135 inscripciones, 70 personas acogieron el reto. Y fue tan hermoso lo vivido y compartido, que casi todos los grupos han quedado alguna vez más para “despedirse” y “celebrar” la Resurrección e, incluso, para proponer algún modo de seguir caminando juntos. 

Otras de las opciones que se encontraba el joven que se inscribía era el de ser acompañado personalmente. De nuevo nos sorprendimos, pues hasta 40 personas pidieron hablar con algún coordinador a lo largo de estos días. Y parece ser que, en algunos casos, esa relación de acompañamiento seguirá adelante. Y esto es una alegría para nosotros porque una de las opciones pastoral de este curso era precisamente el acompañamiento espiritual. 

Y, por último, es necesario destacar que el éxito de la Pascua ha pivotado en una sinodalidad real, queriendo sacar adelante una experiencia para jóvenes muy diferentes con la riqueza y la sensibilidad de cada realidad pastoral. Tan diversos, tan complementarios. 

 

 

 Y ahora… ¿qué? 

Ahora toca disfrutar de la alegría y la paz del Resucitado, cuya presencia fue tan patente en la Vigilia Pascual, pues convocó a más de 2000 personas por las redes sociales. Es cierto que estamos pensando también en dar continuidad a los grupos de reflexión haciéndoles desembocar en otra propuesta que ya lanzamos en la Parroquia Virtual a mediados de marzo: grupos de oración por edades dos veces a la semana durante media hora. Otras ideas nos rondan pero aún están en el horno del discernimiento. Dios proveerá.